Deeply Disturbed Girl

Thursday, September 07, 2006

Uno

Ya no recuerdo desde cuando es invierno aquí. Un día, hace varios meses, las hojas de los árboles empezaron a aterrizar desmayadas ante el pasto del parque cuando se suponía que la primavera estaba por terminar. Más y más hojas marcadas de amarillo comenzaron a acumularse en las veredas, en las canaletas, las alcantarillas. Y luego cayó una lluvia interminable, agresiva, que venía en todas las direcciones posibles y duró por semanas.

La gente dejó de salir por las noches, el lugar empezó a tornarse sobrio, lúgubre. Mi madre llamó desde el norte para preguntar si aún Pipo estaba conmigo. No, por supuesto que no, huyó aterrorizado cuando la chica de ojos de gato apareció desangrada en la cocina. Marcas en sus labios, heridas profundas que desmembraron sus pechos y una gran abertura en la muñeca por la que se le fue la vida.


Al principio yo no supe qué hacer con ella, sólo la miré de cerca como hago siempre que me encuentro con una escena semejante. Observé el iris derecho de un verde casi fosforescente y luego posé mi mano sobre sus ojos. Los cerré. Me alejé de la cocina sin dejar rastros entre los charcos de sangre y llamé a la policía. Ellos todavía tenían un servicio operativo para este tipo de casos.

1 Comments:

  • es un buen cuento
    paulina

    By Anonymous Anonymous, at 1:39 PM  

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