Deeply Disturbed Girl

Friday, April 21, 2006

Note to Myself

Me he dado cuenta de que todo lo que escribo son lamentos. Hasta lo que estoy haciendo ahora es un lamento respecto del hecho que me lamente en exceso. Es como si la escritura en sí misma no pudiese ser otra cosa que un quejido eterno... Y de qué me quejo tanto?. Nada es tan grave, podría decirse que soy re afortunada . Sin embargo, siempre que intento cambiar los aires - porque en la vida real no soy así, creánme please - termino recayendo cual drogadicta.

Eso es!! soy adicta a los temas tristes, a los lamentos, a que la poca gente que lee esto se una conmigo en un largo quejido común. Puede que uno desee sentir cierta empatía, pero cuando algunas personas terminan enganchando con el discursito este luego se decepcionan porque allá afuera soy pura risa, manojo de burlas y garabatos a destajo.

Habrá alguna manera de superarlo?? Es en verdad odioso lloriquear mamonamente todo el rato, autocompadecerse, si la vida es más que eso.

Tuesday, April 11, 2006

De insomnios y malas noches

Contigo al lado yo nunca pude dormir. Seguramente me hice la dormida varias noches pero casi siempre solo tenía los ojos cerrados, y pensaba, aunque sin hacer vigilia. Odiaba la sensación de no poder concentrarme en las ovejas que estaba contando, por lo general una de ellas se quedaba atascada en la valla, y no saltaba, y la fila se aglutinaba enormemente para convertirse en un caos atroz que me regresaba a mi cama, esta vez, contigo a mi lado, con tu mente en algún punto recóndito del universo.

Intentaba no moverme, ni alterar en modo alguno tu inmersión profunda. Hacía esfuerzos por aparejar tu respiración. Pensaba en que la oveja tenía miedo de saltar. Ahora estoy segura de que yo era la oveja temerosa que desordenaba todo, que formaba taco.

Cuando la crisis era terrible y me movía mucho, tu me abrazabas fuerte y era como si tu cuerpo se acoplara al mío, como si por un instante hubieses encontrado tu lugar en el mundo. Sus brazos se relajaban casi de inmediato y yo quedaba ahí, aprisionada, obligada a controlar la ansiedad. Entonces me ponía a contar las horas, cerraba los ojos recién el amanecer, alcanzaba un sueño vigilante con las primeras luces.

- Dijo ¨sus¨, rompió la regla, el relato era de usted hacia él. Es un ejercicio, cíñase a él.
- Ahh cierto, se me olvidó - contesté - Donde me quedé?
- En las luces, pero ya es tarde, ahora tengo otro paciente que también se cree un animalillo de la pradera...Venga la próxima semana.


*Lo de la oveja se me quedó grabado tras leer un cuento de Peri Rossi, a ella también se le quedaban atoradas en la cerca.